Nací en Buenos Aires, toda mi niñez la viví en el norte de Argentina, en la ciudad de Salta, popularmente conocida como Salta la linda. Gran parte de mi educación la recibí de mis abuelos y de mi bisabuelo materno, un indígena de la tribu de los Puelches. Posteriormente nos mudamos a la inmensidad de Buenos Aires. En mi adolescencia tuve la oportunidad de relacionarme con el teatro, y conocer a Agustín Alezzo, un reconocido maestro de actores en Argentina.  

Hasta los 27 años viví y trabajé como actor, pero movido por las circunstancias y una búsqueda interior más plena, comencé a viajar: conocí Bolivia y Perú. En Bolivia subí al Chacaltaya una montaña majestuosa localizada en la cordillera de los Andes. En esa excursión me encontré con turistas europeos que me hablaron de Barcelona. Lo mismo me ocurrió visitando la Isla del sol y la Isla de la luna en el lago Titicaca, en donde alguien me dijo: “tienes que irte a Barcelona!”. Volví a Buenos Aires, y todo se fue acomodando para que al poco tiempo pudiera estar viviendo en Barcelona.  

Aquí en BCN continúe con mi profesión de actor. Colaboré con diferentes directores y directoras haciendo referencia a algunos de ellos cito a Lourdes Barba, Magda Puyo y Andrés Waksman con quien colaboro artísticamente desde 2002, de las compañías teatrales destaco LA FURA DELS BAUS, con quienes realicé entre 2001 y 2009 numerosos espectáculos, que me permitieron conocer y trabajar desde el denominado “lenguaje furero” – que se caracteriza por la utilización de espacios no convencionales, música y movimiento – aplicación de materiales orgánicos e industriales, hasta la incorporación de las nuevas tecnologías y la interacción con el público durante el espectáculo. Todo ello precedido por un ambiente de creación colectiva donde el actor y el autor constituyen una misma entidad. 

Paralelamente con la intención de tener una mirada más amplia y sincera de mi mismo, realicé y completé la formación en terapia Gestalt. Terapia que me llevó a darme cuenta de mi disposición a trabajar con las personas en su propio crecimiento. Descubrí que desde la Gestalt podía unificar mi recorrido de vida aplicando la sensibilidad del arte a la salud y al desarrollo personal.